Las represas hidroeléctricas pueden considerarse una fuente de energía limpia respecto a los tradicionales combustibles fósiles, sin embargo, tienen otros impactos que amenazan ecosistemas. Entre ellos podemos destacar la interrupción del flujo de nutrientes a través de una cuenca, bloqueo de rutas migratorias de peces, desplazamiento de comunidades y la inundación de enormes superficies, con la correspondiente emisión de gases de efecto invernadero y transformación del hábitat que eso supone.